“Retrato en azul”: diez años atrás comenzaron los primeros pasos en el orden de la actividad plástica.
Modelo vivo y escuela-taller de Guillermo Roux, me dieron la oportunidad de obtener mínimos instrumentos para ir apropiándome de la imagen y disfrutar enormemente de la experiencia de encontrar en la representación, aquello que el estímulo me ofrecía o que entendía que me ofrecía.
Varios años, mucho esfuerzo, no sin momentos de desaliento, también placer, junto con la guía de Ariel Mlynarzewic derivaron en un mayor compromiso con la pintura.
Así, la expresión fue acompañando al dibujo, no abandonándolo, y en esa búsqueda, la materia fue tomando un lugar más determinante, tanto en el gesto, la acción y la producción como en la satisfacción y gusto por la realización.
“Desnudo II” y “Escena de trabajo” son algunos puntos de anclado, no definitivos, en las derivas que el rumbo original indicó.
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